Este 20 de enero de 2009 ha entrado en la Historia de la Humanidad por valor propio. Con el paso del tiempo, las nuevas generaciones estudiarán ese día y recordarán que en la citada fecha accedió a la Presidencia de los Estados Unidos de América por primera vez un hombre de piel morena, con lo que ello significa para un país donde, hasta hace muy poco, ser negro era sinónimo de condenado sin juicio en muchos aspectos de la vida pública.
El mundo, sin fisuras, confía en que el demócrata Barack Obama pueda encauzar su país y, por extensión, la economía mundial. Le queda un gran camino por delante, pero al menos todos los que nos sentimos demócratas debemos concederle y concedernos el derecho a la esperanza. Por muy poco que haga, seguro que lo hará algo mejor que su antecesor, el republicano George W. Bush.
En fin, demos tiempo al tiempo, y esperemos que Obama, el 44 presidente de EEUU, no sea un mandatario negro con política de blanco. Desde este momento, el nuevo 'descubridor' de América tiene la responsabilidad de articular un sistema y aplicar las medidas oportunas para salir cuanto antes de la actual crisis económica. En parte, muchas de sus decisiones afectarán al resto de los ciudadanos del planeta....