Hacia finales del siglo XI, los incas emigraron desde el centro de Bolivia hacia la zona norte de Perú. Según la leyenda, fueron guiados por Manco Cápac y sus hermanas hasta un sitio donde se hundió en la tierra una vara de oro que llevaban.
En el siglo XV comenzaron a expandirse, luchando contra los pueblos vecinos. Los artífices de este crecimiento fueron Pachacutec Yupanqui y su hijo Topa Inca, que lograron, en tan breve período, incrementar sus fronteras a más de 5.000 kilómetros, abarcando una superficie de 900.000 Km2.
Fueron maestros en el arte de la guerra y la ingeniería, y crearon un sistema de reparto tripartito de la tierra que aseguraba tranquilidad a todos los habitantes del imperio. Su red de carreteras y caminos permitía unir Colombia con Tucumán, en Argentina. Sin embargo, pese a su grandeza, fueron derrotados por un grupo de conquistadores españoles en 1534.